La mayoría de las entidades de la Economía Social, entre las que se encuentran las Sociedades Laborales, tienen una fuerte dimensión empresarial y realizan una contribución considerable al crecimiento sostenible y al empleo para la población en general y en concreto para el emprendimiento juvenil.
De entre las soluciones que traen las Sociedades Laborales destacan:
-crean y mantienen puestos de trabajo de calidad,
-contribuyen a la inclusión social y a la integración en el mercado laboral de grupos desfavorecidos y a la igualdad de oportunidades para todos, -impulsan el desarrollo económico e industrial sostenible,
-promueven la participación de los ciudadanos en nuestras sociedades, -desempeñan un papel importante en los sistemas de protección social europeos y
-revitalizan las zonas rurales y despobladas de Europa.
La Economía Social contribuye a la transición ecológica desarrollando prácticas, bienes y servicios sostenibles para el desarrollo industrial, por ejemplo, en los ámbitos de la economía circular, la agricultura ecológica, las energías renovables, la vivienda y la movilidad; todos ellos ámbitos en los que el emprendimiento juvenil tiene una gran presencia.
De este modo, también aumenta la aceptabilidad de los cambios de comportamiento que contribuyen a la mitigación del cambio climático.
Muchas de estas soluciones son inclusivas y están destinadas a las personas más afectadas por la transición ecológica o con más dificultades para adaptarse a ella, por ejemplo, mediante la formación y el reciclaje profesional de los trabajadores, la creación de oportunidades de empleo en zonas respetuosas del medio ambiente y el desarrollo de productos y servicios que respondan a las necesidades de las comunidades locales.
Se trata de una contribución crucial, ya que el ámbito de la adaptación recibe poca atención de las empresas comerciales.